LAGUNAS DE VILLAFRANCA
En la década de 1930, los vecinos de Herencia guardaban una estrecha relación con los vecinos de la localidad toledana de Villafranca de los Caballeros y sus lagunas, unos de los humedales más importantes y reconocidos de la zona. La proximidad geográfica y la importancia cultural y económica de este complejo lagunar en la vida cotidiana de la zona explicaba las grandes reuniones y actividades organizadas en este enclave natural.
Como podemos observar en el vídeo, la visita a las lagunas se podía considerar como el periodo vacacional y de ocio de las familias, muchas de las cuales pernoctaban allí. Estas escenas familiares son especialmente curiosas vistas desde la actualidad. Podemos observar cómo no tantas mujeres se bañaban, y las que lo hacían era con los vestidos largos puestos. Disfrutaban del baño siempre en compañía de otras mujeres y niños, pero no se mezclaban con los hombres. También se puede observar la diferencia de clase en estos grupos de personas, pues las doncellas que acompañaban y servían a las señoras de la casa, las esperaban en la orilla con una toalla o bata, mientras que las señoras disfrutaban del baño en sus vestidos de colores claros y texturas vaporosas.
En los días festivos o durante el verano, los Herencianos se desplazaban a las lagunas de Villafranca para disfrutar de baños, pesca recreativa o simplemente pasar un día diferente en un entorno natural. Las lagunas suponían un lugar muy atractivo a modo recreativo en la época estival y festiva, ya que ir a las lagunas suponía para los vecinos de ambas localidades, y de la zona en general, disfrutar de un día diferente en la naturaleza con las lagunas como escenario principal. Los lazos familiares o comerciales que unían a herencianos y villafranqueros pueden explicar la vida en común de sus habitantes, por lo que es muy probable que muchos herencianos participaran en celebraciones o actividades religiosas que tuvieran lugar en las lagunas.
Por su cercanía con Herencia, los vecinos podrían desplazarse bien a pie, en burro, carretas o incluso en vehículos particulares, como podemos observar en las cintas. También se puede apreciar la existencia de vehículos comunitarios que hacían rutas entre distintas localidades, como la viajera que debía recorrer la ruta Alcázar de San Juan-Quintanar. Esto hace pensar que eran muchos los vecinos de otras localidades cercanas que acudían a las lagunas en la época estival para disfrutar del ocio y la oferta comercial del lugar.
Las imágenes también revelan que las lagunas eran un importante punto de intercambio comercial de la comarca, principalmente de productos de carácter agrario. Eran muchos los villafranqueros y herencianos reunidos en torno a las lagunas que acudían a estos intercambios de bienes y servicios a estos mercados locales.